...y ese genial instante justo después de arañar el suelo con la manita, que el niño afronta su destino y agarra el volante en un vano intento de manejar el carricoche, más pequeño que su propia cabeza, ja ja ja. Hay que decir en defensa de la malévola demiurga que el niño estaba provocando un poco, no?
3 comentarios:
La niña minúscula apenas es consciente de lo que hace, sólo ejecuta. La demiurga malévola es la otra niña, un poco más mujer
Lo más desconcertante es esa manita arañando el último centimetro de tierra firme ántes de caer al vacío.
...y ese genial instante justo después de arañar el suelo con la manita, que el niño afronta su destino y agarra el volante en un vano intento de manejar el carricoche, más pequeño que su propia cabeza, ja ja ja. Hay que decir en defensa de la malévola demiurga que el niño estaba provocando un poco, no?
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